
Si estás leyendo esto probablemente lleves tiempo intentando quedarte embarazada y te plantees la posibilidad de acudir a una unidad de medicina reproductiva.
Aún hoy, a pesar de las numerosas herramientas disponibles a nuestro alcance, sigue existiendo un déficit notable de información y demasiadas creencias erróneas extendidas entre la población general. No es raro que haya personas que se decidan a consultar su caso tras años de búsqueda infructuosa de embarazo. Muchas veces confían en que «no tienen ningún problema porque las revisiones ginecológicas / urológicas rutinarias y las analíticas generales, incluso los seminogramas, ¡son normales!», así que creen que es sólo cuestión de tiempo.
Y es verdad que los hijos pueden tardar en llegar de forma natural pero también es muy posible que necesitéis ayuda para lograrlo. Si es así, dejar transcurrir demasiado tiempo puede hacer que, en el momento de acudir a una consulta de fertilidad, las opciones de tratamiento en los procedimientos de reproducción asistida y sus probabilidades de éxito sean menores.
Entonces, ¿cuándo sería el momento de consultar a un profesional especializado en fertilidad y medicina reproductiva?
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Personas menores de 35 años que, tras 1 año de relaciones sexuales regulares sin protección, no logran embarazo.
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Personas mayores de 35 años que, tras 6 meses de relaciones sexuales regulares sin protección, no logran embarazo.
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Sin requisito temporal, cuando se conoce la existencia de alguna patología médica o trastorno que disminuye la fertilidad: obstrucción tubárica, endometriosis, seminogramas con alteraciones importantes, síndrome del ovario poliquístico, ciclos irregulares, problemas de ovulación, desequilibrios hormonales, varicocele, obstrucción de las vías seminales, cáncer, enfermedades crónicas, infecciones, ingesta de ciertos fármacos, etc.
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Cuando la persona desea preservar su fertilidad (mediante congelación de espermatozoides o vitrificación de ovocitos) bien porque ha sido diagnosticada de cáncer y va a someterse a tratamiento oncológico (quimio/radioterapia), que daña las células reproductoras y afecta a la capacidad de concebir, o bien por circunstancias laborales, económicas, emocionales, personales de diversa índole por las que decide postergar el momento de tener un hijo.
Las mujeres nacen con un número determinado de óvulos y su capacidad para concebir va disminuyendo con el paso del tiempo, especialmente, a partir de los 37 años. Los hombres también sufren un empeoramiento en la calidad de su semen a medida que pasan los años.
La infertilidad es un problema serio en la sociedad actual. El número de personas que deciden tener hijos y encuentran dificultades para conseguirlo es cada vez mayor. Los estilos de vida poco saludables, una mala alimentación, el sobrepeso, la falta de actividad física, el estrés mantenido, la ingesta de drogas, medicamentos, hábitos tóxicos, alcohol, café, tabaco, la contaminación ambiental, los efectos sobre nuestro organismo de inmumerables sustancias químicas (toxinas, aditivos, colorantes, conservantes, pesticidas…) a las que estamos expuestos… son múltiples los factores que influyen en el grado de fertilidad, por no mencionar las causas genéticas cuya relevancia no es despreciable.
Aparte de los constantes avances en medicina reproductiva, el arma más eficaz para combatir el problema de la infertilidad es hacer llegar información clara y veraz a la población. Y, en nuestra opinión, esto no sólo es responsabilidad de los ginecólogos sino de todos los facultativos y, en especial, de los médicos de familia, ya que se encuentran en el primer eslabón del sistema sanitario y poseen el contacto más cercano y, generalmente, la confianza de los pacientes.
Nos encontramos en una posición privilegiada para ofrecer orientación útil, ¡ no la desaprovechemos !

Dra. Raquel Vélez Vázquez (colegiado nº 29/2909119) Médico especialista en Medicina Familiar y Comunitaria Especialista en Acupuntura Médica Máster en Acupuntura Tradicional China y Moxibustión por la Univ. Pablo de Olavide (Sevilla) Especialista en Acupuntura y Moxibustión por el Tercer Hospital de la Universidad de Ciencias Médicas de Beijing (China)
¡Hola! He llegado hasta aquí por el blog de ADAEC. Me gustan tus entradas, son muy completas y en lenguaje asequible.
Aquí ha quedado bastante claro cuándo es preciso acudir a consultar por el tema de fertilidad, q tantas veces se espera demasiado! Yo he llegado a escuchar que mientras tengas la regla todos los meses eres fértil!!! falta mucha información y no será q no hay sitios donde buscarla!!!
Saludos
Hola, Nati, he intentado explicarlo lo más claro posible, espero haberlo logrado 🙂 Me alegra que te haya gustado.
Tienes razón, es increíble la cantidad de ideas falsas que tiene mucha gente con respecto a este tema (como a tantos otros, por cierto). Está en manos de todos los que tengamos la oportunidad de hacerlo acabar con esos mitos y proporcionar información verdadera.
Muchísimas gracias por tus palabras y por tomarte la molestia de comentar.
¡Saludos!
¿Qué diferencia hay entre congelar y vitrificar los óvulos? ¿no es lo mismo?
Hola Catalina
Son técnicas parecidas pero no exactamente iguales. Ambas permiten conservar las estructuras celulares a temperaturas muy bajas, pero la principal diferencia es que la congelación tradicional puede alterar la calidad de los óvulos y los embriones mientras que la vitrificación evita la formación de cristales de hielo que puedan dañarlos.
La congelación tradicional da muy buenos resultados al conservar espermatozoides pues en ellos no altera prácticamente su calidad, pero los óvulos y los embriones son más «delicados». Por eso, la aparición de la vitrificación, técnica relativamente reciente que se autorizó en España en el año 2007, ha supuesto un avance muy importante en el campo de la medicina reproductiva.
Espero haber aclarado su duda.
Saludos.